#2 felicidad
(+PURA RECOMENDACIÓN: Ede y Xoel, tándem de locura +'Bajo la máscara', un poema propio)
"Los que nos hemos pasado la vida protestando, resistiendo y peleando sabemos la importancia de apostar por la esperanza", eso dijo Luis García Montero en un Circo Price palpitando sus letras desde la voz de un nervioso aunque sublime Quique González. Yo fui testigo. Habíamos hablado poco antes, como buscando mi atención hasta en los momentos más inoportunos. "Toma nota, idiota", parecías decir.
No esperaba un año así (supongo que nadie), pero quién soy yo para no apostar en el futuro si paseamos y nacen flores de las ventanas, que nos sale solo crecer, que todo conspira y hace cotidianos los planes más increíbles y hasta los pies de plomo y el típico y recurrente Dead end al final del camino suenan a risa si ríes.
Y, como siempre, no dejamos de hacerlo.
Reflexioné en directo sobre mi concepto de la alegría en una entrevista que se nos fue de las manos. Dije algo así como que siempre me había sentido cómodo en la lucha, en el combate, en la guerra. Es mi elemento, como un pez en el agua o un jaguar en mitad de la jungla. Entiendo la ley de la acción-reacción, la ley del talión, el ojo por ojo, y el sacrifico si toca, y por ello encajo y lanzo golpes con una resiliencia digna de mi experiencia. Siempre he pensado que, para que las buenas personas puedan hacer su trabajo, alguien tiene que mancharse las manos. Alguien tiene que adoptar este papel. Por ello, sin darme cuenta, por alguna razón química o social, siempre me he rodeado de personas que hacían eco de mis sombras, personas que reverberaban mi tristeza, mi ira, mi rabia, mi frustración con el mundo y mis ganas de enfrentarme a él. He sido Mark Lenders lanzando balones contra las olas y he atraído a personas que me aplaudían y animaban desde atrás sin más interés en el asunto. Esta, debo confesarte, es la primera vez que me quitan la pelota y me dicen "idiota, ahí tienes el terreno de juego".
Estoy tan acostumbrado a mi oscuridad que ahora luchar por en lugar de contra algo se me antoja tan raro como valiente. Se me antoja hasta suicida o revolucionario (que vienen a significar algo parecido en este caso), y no hay nada que le guste más a un mártir que una espada sobre la que dejarse caer.
Lo que dure, hermanas y hermanos, en una nueva carrera hacia lo desconocido, hacia el no creernos que esto sea todo, hacia el no conformarnos con nada menos.
Infame capitana, suena a buen título.
P.
Pura recomendación:
”Ede y Xoel, tándem de locura”
Al final ¿Qué es esto si no una forma de comunicarnos de forma íntima y general al mismo tiempo? Pues por eso mismo he decidido alternar las secciones intermedias de Trasegando (en el anterior boletín iba ‘Un poco de historia’ con una anécdota marina) y esta es la primera entrega de recomendación personal. Todo el que me conozca un poco o me haya visto en directo sabe que me encanta compartir lo que me anima la sangre, y eso es lo que voy a hacer en este apartado.
Empezamos con La Reina: Ede. Recuerdo cuando Luis me la presentó y decidimos tenerla como nuestra invitada en aquel bolo en aquella sala que ya no existe hace tantos años que puede que ni fuese legal todo aquello. Y lo recuerdo con un orgullo y un cariño inmensos. Yo no sabía dónde me estaba metiendo, pero una parte de mí sabía que no había vuelta atrás. Años más tarde la tuve de invitada en un evento que coordinaba en La Fídula y me dejó tan helado con esa proto-versión de "Lobas” que cuando días más tarde me enteré de un concurso de nuevos talentos en Sesión de micros abiertos presenté su vídeo -grabado desde mi móvil, con un ángulo malísimo y un audio similar- sin ella saber nada. Evidentemente ganó. Desde entonces no ha posado los pies en la tierra y bien merecido se lo tiene.
De Xoel López poco hay que decir. Yo me hice fan tardío de su trabajo, pero ahora lo consumo como para compensar los años de retraso.
Se conocieron, y surgieron cosas como estas:
Por último y no menos importante, el banner de arriba es un recorte de una foto preciosa de la fotoperiodista Carme Ripollés.
Ojalá os haya gustado la recomendación.
Bajo la máscara
“She made you want to live more than anything else,
and now she makes you want to leave the world because you have seen it."
(NEIL HILBORN)
Se ama en el desconocimiento.
Con la libertad que nos otorga el anonimato
con la hegemonía de las máscaras
y su victoria pírrica sobre las dudas.
Amar a oscuras
sin plan y con imaginación
improvisando.
Amar cómodo es conformarse
amar aprende y amar se mueve.
El amor quieto se oxida.
Amar se reinventa
amar sólo se siente cómoda entre los brazos
sin freno de los enamorados
porque no tienen final.
Amar pone a prueba porque, si no, no está a la altura
amar sólo habla con diminutivos porque la boca se le queda pequeña
para tanto milagro cantado.
Amar cobija
amar desafía
amar araña
muerde
amar te hace partícipe del tornado
y te cuenta el secreto del epicentro.
Amar es la balanza;
el equilibrio entre las ganas de quedarse y las razones para irse.
El gatillo y el zorro
en un mundo donde el cazador y el fotógrafo son la misma intención.
No tener miedo en el amor es aprenderse un guion vacío y tratar de recitarlo frente al espejo.
Amar te enseña a ver el mundo al revés en una eterna caída
amar te recoge
y te enseña a arrastrarte cuesta arriba;
cualquier punto intermedio es un insulto.
Amar es una equis en la casilla de un calendario
y aprender a viajar en el tiempo.
Amar señala el camino y tú sólo guías el machete
amar es el tesoro y el motín que te hizo enterrarlo
amar es un semáforo que siempre está rojo y verde a la vez;
el experimento de un beso que nunca acaba.
Amar es morir un poquito cada vez que te sientes totalmente vivo.
Amar es el incendio
y cientos de bidones de gasolina
pero sólo tú llevas la orden y la cerilla.
Todo este baile de disfraces te trae hasta aquí
hasta este preciso momento
en el que estás preguntándote de dónde sale tanto vello de punta
de qué se alimenta la duda que te arde en el estómago
improvisando sin demasiado éxito un poco de luz
un chasquido de dedos
un pasillo a oscuras
y unos pies temblorosos y firmes
andando como si conocieran el camino.
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