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(+UN POCO DE HISTORIA: Despiezando la imagen de las brujas + 'Rebote impreciso', un poema propio)
Sé que sueno a disco rallado, pero cada vez me siento más fuera de lugar en cualquier círculo que tenga a bien coincidir conmigo. No sé si es que cuando “aprendes” (con un gran entrecomillado) a estar solo aguantas menos tonterías (que en parte es así), si es que tengo la mecha corta en general porque no llego a estar nunca bien del todo o si es que tengo un ojo para las junteras que debería mirármelo un especialista, pero nada, familia.
Poco a poco retos más individuales, círculos más pequeños y más decepciones a la hora de abrirte a nuevos horizontes. Más de lo mismo, menos de lo que más buscas y todo esa parafernalia.
Por el resto, aquí estamos de lujo. Vivo, coleando y ultimando proyectitos (sigo escribiendo, los libros van cogiendo formita, estoy preparando unas colaboraciones brutales, el Voz a Voz va como la seda, el teatro pinta bien…).
Para qué quejarnos si no solucionada nada ¿No?
P.
Un poco de historia: Despiezando la imagen de las brujas
Se acerca el 8m y preguntando a mi amiga Andrea sobre qué podía hacer los siguientes Trasegando’s (quería algo relacionado directamente con la mujer, pero tampoco lo típico que vais a leer cincuenta veces esta semana) tuvo a bien comentarme que había leído el origen de la imagen que tenemos de las brujas. Y sobre eso vamos a hablar.
Para contar esta historia, primero debo haceros una revelación que no sé si todas sabéis: la elaboración de la cerveza era una actividad prácticamente exclusiva de las mujeres hasta el siglo XVI. Hay registros documentados desde hace más de 4000 años en Mesopotamia e incluso en Sumeria existía una diosa de la cerveza llamada Ninkasi. Las mujeres vikingas y egipcias elaboraban cerveza tanto para el hogar como para rituales religiosos.
Sabiendo esto, viene la chicha de la historia… Si os pido que describáis a una bruja ¿Cómo la imagináis? Sombrero puntiagudo, ropa negra, caldero o marmita, escoba y gato ¿No? Vamos, es que es de cajón.
¿Qué pasa si os digo que prácticamente el pack completo forma parte del equipo de trabajo normal de una mujer cervecera en la Edad Media?
La ropa oscura era normal en las comunidades protestantes de la época, que trataban de evocar la austeridad por encima de todo.
Lo del sombrero puntiagudo tiene una razón de ser práctica: Era su forma de ser localizadas en el barullo del mercado.
La marmita es de lógica ¿No?
Pero ¿Y la escoba? No se sabe muy bien la razón, pero una escoba saliendo de la casa de una de estas artesanas de la cebada indicaba que su producto ya estaba listo para consumirse. hay frescos y registros con imágenes que muestran esta escena.
Ahora toca resolver cómo se pasó de esta imagen maravillosa de la creadora de cerveza a la bruja común. A principios del XVI, la Reforma protestante puso un marcha un movimiento católico mucho más restrictivo que, entre otras cosas, vendía la imagen de que una mujer devota debía alejarse del alcohol. Esto, sumado al apogeo del negocio de la cerveza, a la envidia de muchos rivales económicos que encontraban en la acusación de brujería una vía fácil de quitarse competencia, la realidad de unas comunidades MUY supersticiosas y la importante ayuda indirecta de la imprenta, lograron que la imagen de la mujer cervecera haya pasado a los anales de la historia como la imagen de una bruja de manual.
Espero que paséis buen sábado.
Rebote impreciso
Tras el inabarcable silencio,
una estupidez, un ingenio mordaz,
una equivocación forzada:
tender un raquítico puente,
enviar adrede un mensaje erróneo
y esperar el germen del enredo,
el interés y el estímulo
tras un no era para ti
para descubrir, agridulce sorpresa,
que pocas veces antes
un mensaje fuera de lugar
acertaba tanto.